Madera como materia viva y la representación del rostro humano como reflejo de identidad y emoción. Cada pieza parte de la observación de la materia y del gesto, entendidos como lenguajes que conviven en un mismo proceso creativo.

La talla manual ocupa un lugar central en su práctica, no solo como técnica, sino como forma de establecer un diálogo con el material. A partir de ahí, Sagredo explora distintas herramientas, formatos y materiales que amplían esa búsqueda, siempre vinculada a la relación entre lo humano y lo natural.

Su obra plantea una investigación directa y accesible: cómo una expresión, un gesto o una veta pueden contener la misma fuerza, y cómo el arte puede hacer visibles esas correspondencias.